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A efectos de canto y protocolo, la Asociación Coro Argentum Granada entiende una boda como un enlace matrimonial que tiene lugar en una iglesia seleccionada normalmente por su belleza u otros motivos devocionales. A la vez, ese enlace matrimonial es origen de una familia y es un signo de la unión esponsal de Cristo con su Iglesia, lo que se realiza ante un testigo cualificado -el sacerdote-, otros testigos que firman y un público compuesto por familiares y amigos. Así considerado, la “boda” no es solo un acto social sino un momento de oración por los novios que se convierten en esposos.

Es deseable que todos los invitados entren en el recinto sagrado cuando lleguen y aguarden en silencio y actitud de oración la entrada del novio; a continuación, y sin retraso, entrará la novia; ambos recogidos y conscientes de lo que van a celebrar.

Lo normal es que el matrimonio se celebre dentro de la celebración eucarística, lo que exige la atención debida a los ritos sagrados. Tanto los novios como las familias y los invitados deben participar de la ceremonia con sus oraciones y cantos en voz alta, unidos al rito que es llevado por el sacerdote.

Al fin de la Misa firman los ya esposos y los testigos, lo que debería ser breve y discreto, sin provocar distorsión en el templo.

Terminadas las firmas es lógico perpetuar el recuerdo del momento, para lo que los nuevos esposos pueden volverse y posar una sola vez, los padres de ambos pueden ponerse a ambos lados de los esposos para tomar otra foto y en tercer lugar los hermanos también. Los demás familiares e invitados tendrán oportunidad de fotografiarse en el lugar del banquete.

Terminadas las tres fotos, los novios pueden comenzar a caminar para salir del templo estando dentro todos los invitados. En la puerta los novios subirán al coche nupcial y volverán a encontrarse con los invitados en el banquete.

Los profesionales de las fotografías y vídeos no deben ser protagonistas ni organizar un protocolo paralelo, sino que dejarán fluir el proceso antes enunciado y únicamente se dedicarán a recoger los momentos sin estorbar, sin hacerse ver y siempre vestidos con la corrección que usan todos los invitados.